Datos normalizados respecto a 2001 y corregidos por inflación.
Peligro potencialEl delegado de Ausbanc en Jaén, Pablo Pérez, considera que por el momento los jienenses que adquirieron su casa en los años del 'boom' no deben estar preocupados, pero sí advierte de un «peligro potencial» si finalmente se confirman los pronósticos que indican una caída del 20 por ciento en el próximo bienio. ¿Quiénes se podrían ver más perjudicados? Todos los compradores tienen cierto grado de exposición, aunque los que más papeletas tienen son los que adquirieron entre 2002 y 2005, un periodo en el que se registraron las subidas más importantes y en el que también se inflaron más las tasaciones (los bajos tipos facilitaban entonces la asunción de cargas financieras). En ese trienio se computaron unas 29.000 transacciones, una cifra que nos aproximaría bastante al número de posibles afectados por la aplicación de una medida que ya se recoge en la actual legislación, con veinte años de vigencia, pero que jamás se había llevado a efecto. A partir de 2005 las cosas empezaron a cambiar, ya que el Banco de España exigió a los intermediarios que aquilatarán mucho mejor las cantidades que daban a sus clientes para que éstos pudieran acceder a un piso.Pablo Pérez considera que «estamos ante un tema bastante delicado, ya que se le están dando armas a los bancos frente a los consumidores, lo que acarrea mayores desequilibrios». Y es que en el hipotético caso de que se alcanzara esa desvalorización del 20 por ciento, los acreedores podrían hacer efectiva la cláusula de vencimiento anticipado del crédito (esta posibilidad ya figura en la letra pequeña de los contratos), lo que obligaría al deudor a liquidar tanto el capital como los intereses pendientes, un auténtico problema si tenemos en cuenta que los niveles de endeudamiento familiar se hallan en estos momentos en máximos históricos. El riesgo a no poder responder se vería compensado con esos otros avales, que en la mayor parte de los casos corresponderían a elementos patrimoniales de los progenitores (a no ser que el susodicho pueda cubrirse las espaldas con otras propiedades como una segunda residencia o una finca agrícola). En cualquier caso, los expertos subrayan que las entidades ni necesitan este seguro ni precisan ejecutarlo mientras que se estén abonando las cuotas religiosamente. Además, no hay que olvidar que estamos hablando de personas que están devolviendo el dinero prestado y que los importes podrían estar, por tanto, por debajo del valor de la nueva tasación.